AIRE ACONDICIONADO, ALIADO O ENEMIGO FRENTE AL COVID 19
Desde el descubrimiento del Virus COVID-19, diferentes ramas científicas se encuentran investigando los diferentes medios de propagación, los controles recomendados, las restricciones asociadas para disminuir su rápido avance y llegada al organismo humano. Los sistemas de Aire Acondicionado no son ajenos a estar en la mira y constante cuestionamiento, teniendo en cuenta que los mismos se utilizan para regular la temperatura y humedad del aire interior en niveles que permitan un confort térmico adecuado.
La duda que asalta a miles de personas de si “el uso de AIRE ACONDICIONADO supone un riesgo frente al COVID-19” a estado en discusión desde el inicio de la pandemia, unos lo defienden otros lo atacan. Aún sin existir estudios científicos serios y soportados que permitan demostrar una u otra posición frente a la discusión, diferentes organismos internacionales han publicado artículos que permiten visualizar su posición frente a la influencia del aíre en la transmisión del virus.
La OMS (Organización mundial de la Salud), dentro de sus primeros comunicados manifestaba que “la enfermedad se propaga de persona a persona a través de gotículas que salen despedidas de la nariz o de la boca de una persona al toser, estornudar o hablar”, por lo tanto, de esta afirmación se podía deducir que estas gotículas son demasiado pesadas como para que pudieran flotar en el aire, permaneciendo solo por un corto tiempo y viajando distancias muy cortas (generalmente menos de 1 metro), por lo que es muy difícil que alcancen las aspiración de las unidades de Aire Acondicionado.
Sin embargo, la misma OMS en el mes de Julio empezó a admitir cautelosamente que sí es posible contagiar por aire en forma de aerosoles, si no se utiliza la protección adecuada, esto teniendo en cuenta estudios realizados que permitieron aislar el virus y cultivarlo en células, demostrando con esto que las partículas virales encontradas podrían ser capaces de causar la enfermedad.
Por otro lado, la ASHRAE (American Society of Heating, Refrigerating and Air Conditioning Engineers) ha manifestado dentro de sus comunicados “La transmisión del SARS-CoV-2 por el aire es lo suficientemente probable como para que la exposición por vía aérea al virus deba ser controlada. Cambios en el funcionamiento de edificios, incluidos el de los sistemas e instalaciones de climatización, calefacción y ventilación pueden reducir las exposiciones por vía aérea”.
De acuerdo a lo anterior y a lo expuesto por la OMS, el considerar el AIRE ACONDICIONADO como enemigo o aliado frente al COVID-19 depende como tal del manejo adecuado que se este dando a estos sistemas. Un adecuado diseño que considere el correcto manejo del flujo del aire, un mantenimiento periódico y adecuado, ejecutado por personal calificado, uso de nuevas tecnologías que permitan una filtración de partículas, búsqueda de innovaciones en el mercado, permitirán lograr un equilibrio adecuado entre mantener el confort térmico y controlar la propagación del virus.